La figura coronada, sentada, representa la tercera virtud cardinal, .En una mano sostiene la balanza y en la otra la espada.Equilibrio e imparcialidad, ante quienes se presentan frente a ella en un juicio.La eternidad del alma depende de su peso, en la balanza, .Nos recuerda que el hombre es el propio causante de su ruina, y llama a la prudencia.

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